La decisión entre hambre y honra en Lazarillo de Tormes

Amanda Moore, Kennesaw State University

Piense un momento en el «Siglo de Oro» en España: el casamiento de Isabel y Fernando había unificado el país, los moros habían sido derrotados, y los exploradores y conquistadores habían descubierto y conquistado las Américas. A causa de las riquezas y la colonización del Nuevo Mundo, España se convirtió en una gran potencia, y pareció que ese país prosperaba, no sólo en la política sino también en la economía. Los españoles eran gente orgullosa, y con el surgimiento del humanismo y el crecimiento de la clase de nobleza cortesana, la honra llegó a ser una cosa de mucha importancia entre los españoles. Michael Alpert, profesor de la historia de España, afirma que la honra era una obsesión de la sociedad de esa época (xiv). ¿Sin embargo, era verdadero este país maravilloso de España? El autor desconocido de Lazarillo de Tormespinta un cuadro muy diferente. A través de las condiciones sociales que Lazarillo enfrentó, su tiempo de servidumbre con el escudero honroso y su situación al final de la novela, el autor presenta el asunto grave del hambre en España y cómo el pícaro escogió satisfacer su hambre en vez de su honra.           

El siglo XVI en España fue muy próspero para alguna gente, pero para las multitudes, fue una época de pobreza y sufrimiento. Según John Beverley, profesor especializado en el Siglo de Oro, España se encontraba en un período de transición entre el feudalismo y el capitalismo (34). La gente ya no estaba al servicio de los señores feudales, y ya no vivía en el campo. Tenía la capacidad de trabajar para ganarse la vida en las ciudades. Sin embargo, debido a las grandes afluencias de personas, las ciudades rápidamente llegaron a estar sobrepobladas. Como dice Beverley, la economía nueva todavía no podía apoyar a todos (37).  También, las leyes estaban controladas por el rey y la iglesia: el rey gastaba dinero y usaba recursos para luchar en varias guerras en el nombre del imperialismo, y existía mucha corrupción en la institución de la iglesia. Por todas esas razones, existían condiciones muy malas de la pobreza, el hambre y la delincuencia en las ciudades de España. El crítico Alan Deyermond declara que algunos documentos de la época hablan de problemas como mendigos errantes, niños huérfanos y abandonados, corrupción de perdonadores y la cantidad creciente de «unemployable and impoverished hidalgos»; dice que la sociedad ficticia de Lazarillo de Tormes es un reflejo de esa sociedad real (19). El hambre que experimentaban Lazarillo y sus dueños a lo largo de la obra es un señal de la profunda pobreza de la sociedad, y según Deyermond, el hecho de que los personajes tienen que padecer tanto para recibir solo un poquito de comida o dinero representa un mundo de pobreza y desesperación severas (18). Esas condiciones crean en la gente, incluyendo el protagonista, la necesidad de hacer todo lo posible para sobrevivir.       

Lazarillo, como mucha gente, era víctima del estado de pobreza, y el hecho de que siempre tenía hambre le influyó en su vida entera. Él nació de clase baja, e inmediatamente empezó a experimentar las condiciones de su sociedad. Condenaron a su padre y, más tarde, a su padrastro por unos hurtos, los que cometieron para proporcionar los alimentos a Lazarillo y su familia. Después, su madre era una pobre tan desesperada que se lo entregó a Lazarillo a un ciego para que le serviera como guía. Llorando, su madre dice: «Criado te he y con buen amo te he puesto; válete por ti». Aquí, Lazarillo empezó su vida de servidumbre a varios amos, los cuales reflejaban la corrupción y la crueldad de la época. Kienzle y Méndez-Faith comentan que, «Lazarillo aprende de los amos los vicios que necesita para sobrevivir» (86). Su hambre siempre fue su motivación, y aunque algunos de sus amos fueron despiadados, el joven consiguió mendigar, robar y engañar a sus amos lo suficiente para sobrevivir.          

Después de su servicio con el sacerdote cruel, Lazarillo conoció a un escudero que fue la personificación de la honra española. El sacerdote casi le había matado al pícaro de inanición y le dio una gran paliza cuando descubrió que el pícaro le había estado robando el pan. Por eso, Lazarillo tenía grandes esperanzas cuando conoció al escudero agradable que estaba vestido de ropa fina. Dice del escudero, «seguíle, dando gracias a Dios . . . que me parescía, según su hábito y continente, ser el que yo había menester». Sin embargo, pronto descubriría que la situación no era como parecía porque, como comentan Kienzle y Méndez-Faith, aún los hidalgos sufrían el hambre (86). Aunque, los dos amos anteriores de Lazarillo no le habían dado alimento alguno, la situación del pícaro empeoró con el escudero porque no existió ningún alimento disponible. Según Stanley Nowak, él vivía en la pobreza mientras que, al mismo tiempo, tenía una obsesión por su honra y sus apariencias (19). Dijo el escudero sobre su espada, «No hay marco de oro en el mundo por que yo la diese». Es evidente de esa frase que quería dar la impressión de que no necesitaba dinero, y también que él ponía mucha enfasís en la espada como su marca de ser hidalgo importante. 

Con su vestido caballeresco, su espada en el talabarte y su postura majestuosa, aquél hombre parecía un hombre muy importante, pero Deyermond recalca que su «fastidious insistence on honour is in shameful and ludicrous conflict with the facts of his existence» (17). Se estaba muriendo de hambre mientras fingía que era por propia elección que comía poco, decía orgullosamente, «...el hartar es de los puercos y el comer regladamente es de los hombres de bien». Además, cuando Lazarillo regresaba con alimentos que había obtenido por mendigar, el escudero comía los alimentos mientras decía a Lazarillo, «solamente te encomiendo no sepan que vives conmigo por lo que toca a mi honra». Todavía más evidencia de su preocupación con la honra es que el escudero le contaba historias a Lazarillo sobre la etiqueta de quitar el bonete como símbolo de respeto y los saludos apropiados para un hidalgo.  No obstante, la verdad fue que ese hidalgo lleno de honra estaba muriendo de hambre, y no poseía nada salvo su ropa y su orgullo tonto.     

Como dice Pedro Salinas, al pícaro no le importaban las cosas caballerescas porque siempre se enfrentaba con otros retos más realistas, aquellos como obtener las necesidades, protegerse de sus amos crueles y satisfacer su hambre (xvi). Por ejemplo, cuando el escudero le dijo que consideraba una «virtud» el acto de comer poquito, Lazarillo dijo entre sí mismo, «¡Maldita tanta medicina y bondad como aquestos mis amos que yo hallo hallan en la hambre!». No tenía que comer mucho, pero sí tenía que comer, y para Lazarillo la «virtud» de morirse de hambre no valía la pena. Él no comprendía la actitud del amo sobre la honra, y por eso dijo, «¡Oh Señor, y cuántos...padescen por la negra que llaman honra lo que por vos no sufrirían!» Él veía la situación del escudero con tristeza y la describió así, «cuando topo con alguno de su hábito con aquel paso y pompa, le he lástima con pensar si padece lo que aquél le vi sufrir». El joven le dijo al hidalgo que Dios no le ayudaba porque no permitiría a nadie a ver que se hallaba indigente. Es decir que, no podía aceptar su situación ni dejar de sus aparencias falsas y por eso sufría más. El pícaro se dio cuenta de que el escudero no conocía los vicios necesarios de mendigar o robar para sobrevivir, además nunca abandonaría su orgullo para aprenderlos.    

En el séptimo tratado, Lazarillo es un pregonero, y al fin, ha encontrado un remedio para satisfacer su hambre. Por primera vez, siente un poco de libertad en su vida, pero Beverly dice que no tenía muchas posibilidades con su libertad, y encontró un término medio entre su moralidad y su éxito material (37). Lazarillo escogió el éxito material y se convirtió en el cornudo de una criada del arcipreste de San Salvador. Aunque su vida como cornudo no le llevaría ninguna honra, fue tan exitosa y honrosa como alguien de sus raíces humildes pudiera esperar. Después de sufrir mucha hambre, finalmente podía llenar su barriga. Ha aceptado sus circunstancias, y dice que nunca se ha arrepentido. Como dice Lazarillo, estaba «en la cumbre de toda buena fortuna».       

Durante el «Siglo de Oro» en España, mientras se conquistaba el Nuevo Mundo y se soñaba con las aventuras de los caballeros, existió otra situación en la que el pícaro vivía. Como dice Guillermo Díaz-Plaja, Lazarillo de Tormes presenta esa vida de un pícaro; presenta la vista de la sociedad desde abajo (xv). A través de la pobreza, el hambre, la corrupción y la crueldad que se encuentra Lazarillo, la novela pinta, como describe Kienzle y Méndez-Faith, «un cuadro realista y detallado del ambiente y de la gente de la época» (86). Revela una sociedad en la que a los españoles orgullosos todavía les importaban mucho la honra y las apariencias aunque existían problemas graves generalizados como la pobreza y el hambre,. El hidalgo empobrecido representó bien esta idea porque literalmente, estaba escogiendo morir de hambre en vez de abandonar su honra y sus apariencias falsas. Por otra parte, Lazarillo se dio cuenta de que su vida como un cornudo nunca sería honrosa, pero no obstante, se dio cuenta también de que la idea de honra en su sociedad era imposible para un hombre de su clase social. Así, después de luchar toda su vida para llenarse la barriga, Lazarillo decidió que en vez de tratar de lograr lo imposible, se beneficiaría más de matar su hambre y ser un cornudo bien alimentado.

Works Cited:  

Alpert, Michael. Introduction. Lazarillo De Tormes and The Swindler: Two Spanish PicaresqueNovels. 2nd ed. London: Penguin, 2003. ix-xxvi. Print.

Beverley, John. “’Lazarillo’ and Primitive Accumulation: Spain, Capitalism and the Modern Novel .” Bulletin of the Midwest Modern Language Association 15.1 (1982): 29-42. JSTOR. Web. 20 Mar. 2010. <http://www.jstor.org//‌>.

Deyermond, Alan. Lazarillo De Tormes: A Critical Guide. 2nd ed. Valencia: Grant & Cutler, 1993. Print. Ser. 15.

Díaz-Plaja, Guillermo. Introduction. Lazarillo de Tormes-Vida del Buscón don Pablos. By Unknown and Francisco De Quevedo. 16th ed. 1965. México: Editorial Porrúa, 1982. ix-xxxix. Print. “Sepan Cuantos...” 34.

Kienzle, Beverly Mayne, and Teresa Méndez-Faith. “Nota introductoria y Guía y actividades de pre-lectura para  La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades .” PanoramasLiterarios España. Ed. Julie Lane. Boston: Houghton Mifflin, 1998. 86-87. Print.

Nowak, Stanley J., Jr. “The Squire as an Incarnation of Pride in ‘Lazarillo de Tormes’ .” Modern Language Studies 22.1 (1992): 17-33.JSTOR. Web. 21 Mar. 2010. <http://www.jstor.org//‌>.

Salinas, Pedro. “no title.” “Sepan Cuantos...” 16th ed. Vol. 34. México: Editorial Porrúa, 1982. xvi-xvii. Print. Rpt. of “El héroe literario y la novela picaresca española.” Revista de la Universidad de Buenos Aires (Winter 1946): 82.

©