Un análisis de la idea del suicidio restaurativo en la poesía de Gabriela Mistral

Debbie Pan, University of Virginia

“Canción de la Muerte” de Ternura: Canciones de Cuna

“Vergüenza” de Desolación: Dolor

“3. Tres Árboles” de Desolación: Naturaleza

Con respeto a los temas comunes que se encuentran en la poesía, los conceptos como la muerte, la vida, el amor y las relaciones personales o místicas usualmente reflejan las experiencias más íntimas del autor, por los sentimientos expresivos de la voz poética. A través de sus poemas, con el uso del lenguaje cautivante y las imágenes poderosas, Gabriela Mistral les revela a los lectores lo que es más importante para ella—en particular, un fuerte sentido de justicia y una pasión para luchar por una comunidad comprensiva por todas partes. Los poemas, “Canción de la Muerte,” “Vergüenza,” y “3. Tres Árboles,” muestran no sólo las tribulaciones que enfrentan las voces poéticas, sino también la fuerza interior que encuentran para vencerlas. Aunque cada poema describe una frustración distinta, se nota la similitud en cada progresión hacia una curación. Este ensayo se enfocará en lo que llamaré “el suicidio restaurativo,” un tipo único y sutil del suicidio que creo que está presente en los varios poemas como el medio necesario a través del cual cada voz poética puede lograr una redención. Es decir, puede definir este suicidio como el acto de ejecutar a una parte de sí mismo para que pueda descubrir un propósito más significativo en la vida, como un proceso de auto-purificación. Para analizar las implicaciones de este argumento, este ensayo examinará los rasgos de un suicidio restaurativo en los temas que enfocan los tres poemas, las emociones que muestran, y los efectos que resultan.

Para empezar, es necesario tener en cuenta el papel que el concepto del suicidio o la tragedia personal desempeña en la vida de la poeta. Gabriela Mistral conoce bien los eventos desafortunados, pues según Espinosa, “it is noteworthy that long before real tragedy had come to her, disappointment and sadness had already taken possession of her” (3). Cuando tenía tres años, ella vivía con su madre porque su padre les había abandonado, y como resultado, unos de los temas más prevalentes en su poesía son la desolación que experimenta una mujer por causa de un hombre nada cariñoso y el vínculo íntimo entre una mujer y su hijo. Además, en 1909, justo cuando ella había comenzado a confiar en el amor, su primer amante, Romelio Ureta, se suicidó (Daydí-Tolson). Entonces, su percepción del amor y sus frustraciones con la injusticia del destino se develan en sus poemas. A lo largo de su poesía, Mistral crea las imágenes deliberadas que evocan unas referencias a la muerte y la desesperanza que la sigue. En su poema, “Interrogaciones,” Mistral aborda el conflicto sobre el suicidio. Espinosa comenta que el poema incluye “a somewhat repugnant description of a suicide and continues with a series of questions about the disposition of the body and the eternal destiny of the soul of the suicide, with the final hope that God will be merciful to him” (21). Sin embargo, de la misma manera en que ella maduraba debido a su exposición a los eventos trágicos, hay razón para creer que un suicidio puede salir mucho mejor de lo que parecía con respeto a la influencia sobre la gente afectada. Esta idea constituye la base de la naturaleza paradójica del suicidio restaurativo—el argumento de que una muerte tiene el poder de formar una vida nueva.

Un rasgo prominente del suicidio restaurativo es el motivo que promociona el acto. Mientras un suicidio paradigmático tiene una reputación egoísta, en que la suicida piensa que su propia extracción del mundo es la única manera en que puede aliviar su propia dificultad sin la consideración de otros, el suicidio restaurativo estaría cometido para demostrar el amor. Por eso, el amor funciona como un catalizador de este tipo de suicidio. Por un lado, se puede debatir que el suicidio restaurativo es muy semejante al concepto del sacrificio. En muchas maneras, es una opinión verdadera. Ambas ideas sirven el mismo propósito—la renuncia de una parte de sí mismo para que inspire una realización. Pero, por otro lado, una distinción muy importante es el hecho de que el suicidio restaurativo es más altruista que un sacrificio por las siguientes razones. Generalmente, cualquier persona que quiere cometer un sacrificio sabe, con un grado de seguridad, que el resultado que desea ocurrirá y esta confianza dicta si quiere hacer un sacrificio al principio. Al contrario, la persona que comete un suicidio restaurativo considera que su muerte vale la pena independientemente del resultado, porque tiene una visión esperanzada que este acto, por amor, es para el mejoramiento general de la sociedad.

Hay varios tipos del amor que pueden producir este efecto. Para empezar, el amor maternal tiene una gran influencia en las obras de Gabriela Mistral. En el año 1924, ella publicó su segunda colección de poesía que se llama Ternura, como un tributo a lo que consideraba una característica imprescindible de las mujeres como unas madres cariñosas (Daydí-Tolson). En su poesía, como una reflexión de su vida, es evidente que “she is seeking serenity, which she finds for the fire of love and suffering has burnt a whole which is black only temporarily, deeper down there lies the human core untouched which blossoms forth with a still richer humanity, a soft tenderness and a powerful maternal feeling” (181). Un poema de esta colección que sirve como una canción de la cuna, “Canción de la Muerte,” evoca este sentido fuerte de maternidad por un encuentro con la muerte en que la madre trata de proteger a su hijo. La estructura de este poema incluye seis estrofas, en que cada estrofa tiene cuatro versos sin una rima constante, con un número de sílabas cambiante en verso llano. Es importante prestar atención al número de estrofas porque el número seis tiene una mal connotación en las obras de escritura, como una premonición de la llegada de la presencia de la muerte. También, el uso de encabalgamiento a través de cada estrofa crea un ambiente de tensión que refleja la situación inmediata. Además, es interesante que la voz poética se dirija a la muerte como una fuerza tangible, con el uso del apóstrofe, el recurso retórico para enfatizar la vehemencia que se siente. Muchas veces, la voz poética provoca la muerte con unos nombres severos, como “la vieja Empadronadora,” “la mañosa Muerte,” “la Contra-Madre del Mundo,” y “la Convida-gentes.” El nombre más degradante es “La Contra-Madre del Mundo” porque según las creencias de este tiempo, “motherhood [is regarded] as a manifestation of spiritual love from which it springs,” y por eso, la voz poética le critica a la muerte con una acusación espiritual (Espinosa 16). La autoridad que demuestra la voz poética está presente en el hecho de que todos los verbos en este poema están en la forma del mandato. El tono de los mandatos es una mezcla de la esperanza miedosa y la confianza asertiva, semejante a la inclusión en el poema ambas formas del mandato, afirmado y negativo. En la progresión de la primera estrofa a la siguiente, hay un paralelismo en la estructura del mandato final de cada estrofa:

“… cuando vaya de camino, / mi niño no encuentre” (3-4).

“… encuentre sales y harinas, / mi leche no encuentre” (7-8).

Uno puede afirmar que hay una comparación entre el niño y la leche de la voz poética, pero la conversión del énfasis del objeto de su afección, su niño, al método físico y figurado que usa para mostrar su afección, su leche, muestra la conexión profunda que la madre se siente por su hijo. Si la muerte le roba de su hijo, resultará no sólo en la pérdida de una parte de su familia, sino también, la pérdida de su capacidad para extender su amor maternal. La leche sirve como un símbolo de la nutrición y la prosperidad que le ofrece una madre a su niño. Según Cúneo, “hay algo sobrenatural en lo que se hace por los niños” (111). De la misma manera en que una madre puede proveer protección, otra fuerza sobrenatural que lucha contra la muerte es la naturaleza. A través del poema, las imágenes del mar, como la sal, los vientos, la arena y los peces, establecen una barrera alrededor del hijo para confundir a la muerte. La referencia al bautismo del niño en medio de la escena oceánica, en línea 13, sirve como una alusión al bautismo de Jesucristo por Juan el Bautista en que toda la fuerza natural apoya y protege esta elección sagrada. Finalmente, en la estrofa final, vemos un mandato inusual—la madre le manda a la muerte a encontrarla en vez de su hijo. Este “suicidio” cumple los requisitos de un suicidio restaurativo, en que la pérdida de sí mismo le ofrece a la madre la oportunidad de ganar un entendimiento más completo sobre el significado del amor maternal. En esencia, esta muerte es una validación de su amor intenso.

Otro tipo del amor que discutiré en la poesía en relación al suicidio restaurativo es el amor del amante. En una colección de poesía que se llama Desolación, Mistral recopila un recuento de los elementos de la vida triste, el dolor de la muerte y la obstrucción de la belleza de la naturaleza y la religión. El poema, “Vergüenza,” existe como un comentario sobre la fragilidad de una mujer y la restauración del valor por una experiencia del amor. La estructura poética incluye cinco cuartetos y versos endecasílabos, con una rima consonante y alternada. La organización del poema, como una progresión ordenada, refleja el mismo proceso hacia la claridad y la curación que experimenta la voz poética. Cúneo dice, “es evidente que la Mistral está absolutamente consciente de los problemas de la mujer y de la necesidad de luchar para que ella ocupe el lugar que le corresponde en la sociedad” (109). El poema retrata la inseguridad de la mujer en las descripciones de las partes del cuerpo que le parecen feas. En la segunda estrofa, la voz poética exclama que “tengo vergüenza de mi boca triste, / de mi voz rota y mis rodillas rudas” (5-6). Todas estas partes son necesarias para soportarse; la boca y la voz representan su derecho para expresar sus opiniones, mientras las rodillas son imprescindibles para levantarse y asumir una posición del poder. El hecho de que la mujer rechaza a la mayoría de su fortaleza demuestra su deterioración física y mental. También, cuando ella se da cuenta de que está desnuda, la voz poética repite lo que ocurrió en Génesis, “En ese momento se les abrieron los ojos, y tomaron consciencia de su desnudez” (La Santa Biblia, Génesis 3:7). Sin el entendimiento de un amor perfecto, las dos mujeres, la voz poética y Eva, viven en un estado de aislamiento. Sin embargo, la presencia de un amante como una fuente del amor incondicional le enseña a la mujer como cambiar su autopercepción. Este punto de interés se revela en la secuencia del tiempo en el poema. Al principio, en la primera estrofa, vemos el uso del tiempo futuro que evoluciona al tiempo presente, y finalmente, al tiempo pasado en la segunda estrofa. Este desarrollo inverso es una estrategia que ofrece un anticipo del cambio radical que viene para la voz poética; en la cuarta estrofa, hay un cambio del tono con el uso del tiempo futuro otra vez que marca una determinación nueva. También, el incluso de la yuxtaposición del “fulgor” y su “frente tosca” en línea 15, como unos aspectos positivos y negativos, revelan el conflicto interior que se siente la voz poética sobre su situación. Mientras sí, la mujer se volverá hermosa por causa del amor de este hombre, la verdad todavía permanece—una mujer solamente puede convertirse en una persona bella con la ayuda dependiente de un hombre. Pero, semejante a la autoridad femenina que hemos visto en “Canción de la Muerte,” al fin, la voz poética utiliza los mandatos para que demuestre su control sobre su propia vida, un vigor renovado por el amor. Este tipo de rejuvenecimiento, según el argumento, también representa un suicidio restaurativo porque ella mata su falta de auto-confianza y por eso, comienza un proceso de auto-purificación con respeto a su percepción de su papel en el mundo.

Finalmente, un aspecto importante del tema de la muerte y el suicidio es el resultado en la comunidad en toda su extensión. Aunque uno de los propósitos de un suicidio restaurativo es la curación del individuo, también hay un énfasis en la conexión entre los individuos para establecer un sentido de la comunidad. Como parte de una serie de poemas que se trata de la naturaleza enDesolación, el poema “3. Tres Árboles” discute sobre la relación estimulante entre los elementos de la naturaleza y la voz poética. El poema tiene el verso llano en cuatro estrofas, con variación en el número de sílabas y la longitud de cada estrofa. Por supuesto, hay mucha imaginería de la naturaleza, como los árboles, el sol, los vientos, y la noche a través del poema. Los árboles, en particular, sirven como símbolos por la alusión a la crucifixión en La Biblia. Cada árbol refleja un acusado; uno representa Jesús, y semejante a la descripción en el poema, hay dos más, “…uno a su derecha y otro a su izquierda” (La Santa Biblia, Lucas 23:33). El uso de encabalgamiento enfatiza la severidad de las referencias a la sangre y el castado abierto que sufre un árbol. La tercera estrofa incluye una escena poderosa, en que un árbol extiende “su brazo inmenso y de follaje trémulo / hacia otro, y sus heridas / como dos ojos son, llenos de ruego” (10-12). El Góspel de Lucas comparte los mismos sentidos en el momento cuando un criminal le imploró a Jesús, “Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino” (La Santa Biblia, Lucas 23:42). Aunque este poema no tiene ningún indicio de una resurrección física, como La Biblia tiene, hay una resurrección del espíritu al fin cuando la voz poética elige a quedarse con los árboles. La estrofa final contiene un gran número de verbos en el tiempo futuro, con un tono de resolución. Al contrario de las acciones insensibles del leñador, la conexión íntima entre la voz poética y los árboles moribundos, sobre todo, es la fuerza que salvará a los árboles. También, el contraste entre las descripciones al principio y al fin, con respeto a los sentimientos de los árboles, demuestra la evolución del dolor. En líneas 3-4, hay un símil que describe los árboles son “como tres ciegos,” pero todavía mantienen sus capacidades para conversar. Sin embargo, en las últimas líneas del poema, esta descripción está presentando, “Y mudos y ceñidos, / nos halle el día en un montón de duelo” (17-18). La pérdida de sus formas de expresiones indica un momento triste, pero al mismo tiempo, el sentido del amor reconfortante que les ofrece la voz poética sustituye este vacío para los árboles. Además, es posible que el árbol sirva como un símbolo para el sufrimiento en la vida de Gabriela Mistral porque según Rudd, “Before her death Gabriela’s concept of herself as a tree with roots firmly planted in the earth and branches reaching for the sky, evolved into a vision of a walking column of smoke” (109). La columna del humo puede ser una representación de una muerte, un suicidio restaurativo, que proveerá el calor para los problemas desolados en el mundo.

En conclusión, la idea que la muerte siempre es un destino terrible frecuentemente forma una parte de los temas en la poesía. Sin embargo, después de analizar tres poemas de Gabriela Mistral, “Canción de la Muerte,” “Vergüenza,” y “3. Tres Árboles,” se puede debatir a favor del concepto de que la muerte existe como un destino fortalecedor. Cada voz poética en los poemas de Mistral se embarca en un paso profundo para descubrir las partes nuevas de sí mismo, un paso del suicidio restaurativo. La poeta también había experimentado el mismo paso; “Although, at the end of Desolación she apologizes for the tragic notes she has echoed… ‘in these poems the wounds of my life lie bleeding,’ she realizes the value of suffering, its purifying, cauterizing nature” (Bates 182). Entonces, nos enseña mediante su poesía el poder que tiene una muerte altruista para establecer una comunidad justa, compasiva y llena de vida. 

Works Cited: 
Bates, Margaret J. (oct., 1946). Gabriela Mistral. The Americas. Vol. 3, No. 2, pp. 168-189. Publicado por: Academy of American Franciscan History. Recuperado 9 diciembre de 2013, de: http://www.jstor.org/stable/978705
 
Cúneo, Ana María. (nov., 1998). El “mujerío” en Gabriela Mistral: plenitud y diferencias. Revista Chilena de Literatura. No. 53, pp. 107-115. Publicado por: Universidad de Chile. Recuperado 9 diciembre de 2013, de: http://www.jstor.org/stable/40356926
 
Daydí-Tolson, Santiago. Gabriela Mistral. Poetry Foundation. Recuperado 22 noviembre de 2013, de: http://www.poetryfoundation.org/bio/gabriela-mistral#poet
 
Espinosa, Aurelio Macedonio. (julio., 1951). Gabriela Mistral. The Americas. Vol. 8, No. 1, pp. 3-40. Publicado por: Academy of American Franciscan History. Recuperado 9 diciembre de 2013, de: http://www.jstor.org/stable/978023
 
La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional. Biblica, 1999. Bible Gateway. Web. Recuperado 10 diciembre de 2013, de:http://www.biblegateway.com/versions/Nueva-Version-Internacional-Biblia-...
 
Rudd, Margaret T. (enero., 1967). Gabriela Mistral: “….Temblor de Alma en Temblor de Carne.” Journal of Inter-American Studies. Vol. 9, No. 1, pp. 95-112. Publicado por: Center for Latin American Studies at the University of Miami. Recuperado 9 diciembre de 2013, de:http://www.jstor.org/stable/165159
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